F. MANTECÓN
Totem Grup d´art. Xullo 1977
Se evidencia en la obra de este pintor gallego, un análisis de los instrumentos y de la noció de la pintura. Los cuadros no son ni abstracciones ni símbolos o mediaciones.

No se refieren a una realidad diversa, no son algo aislado o único, ni tampoco cualquier cosa indeterminada o imprecisa. que puede ser de este y otro modo; sino que en cuanto expresió del pensamiento y de la percepció son a la vez resistencia, o conciencia y necesidad.

El hecho de la existencialidad, este máximo misterio de la existencia en sus obras se manifiesta como transformació de la geometría en forma de color en luz y como identidad de concepto y materia. la línea que invita al movimiento y que rompe la rigidez de la geometría -en general de ángulos rectos-, es junto al color el elemento básico de la morfología de este artista.

Distribuye el color en zonas amplias y poco compactas, con intervalos que rompen la superficialidad del cuadro, aunque un orden mental que funde la medida del espacio pictórico con el gesto en sentido vertical y horizontal, es el receptor potencial de todos sus colores, que son las manifestaciones sensibles a las tensiones de su pintura.

Totem Grup d´art. S.A. Barcelona. Xullo 1977





DOS NIVELES EN MANTECÓN

Faro de Vigo. 4 de maio de 1984
…La contradicción como “otra forma de verdad”, produce síntesis afortunadas. En Arte, finalmente, la Historia nos enseña a no tenerle miedo ni a las experiencias extremas ni a cualquiera de las intermedias. En la obra de Mantecón, esa síntesis se demuestra en la existencia de dos niveles bien distintos de percepción, aparentemente contradictorios, pero suavemente conectados; uno que es literal, programable, sencillo, casi simple y otro que es ilusorio, sensual y misterioso. A las geometrías sencillas y los fondos planos, composiciones propias del “minimal art”, él les superpone mundos complejos, sugerencias no controladas donde la mano actúa sola, y la regla, instrumento fundamental en la primera fase de la factura de sus obras, queda olvidada, vencida. El soporte geométrico que promete mil lecturas fáciles, no es sino la miel que nos atormentará manteniéndonos presos de su golosina, en la pasión y el descontrol de sus “adicciones” de artista.

La teoría minimalista tiende constantemente, a la propia evidencia y a las formas unitarias; Mantecón en sus obras actuales se mantiene fiel a esas premisas, pero, respetando sus orígenes idealistas, se abre también a una percepción de carácter no programable. Gran parte de la crisis actual de la pintura y la escultura, proviene del rigor y los excesos de dicha teoría. El trabajo de Mantecón, admirable síntesis entre el hecho puramente material y la más absoluta ficción visual, se ofrece como una solución aceptando la contradicción como fuente permanente para sedientos y dudosos inconsolables.

JOSÉ RAMÓN LÓPEZ CALVO - (Faro de Vigo. 4 de maio de 1984)






La Voz de Galicia. 10 de outubro de 1984
MANTECÓN: EL SECRETO SENSIBLE DE LA LUZ

Refiriéndose al arte de Mantecón podemos recordar aquella frase de Jean Arp cuando se refería a Eugenio Sempere, afirmando que pinta “las intenciones más íntimas del aire”. El secreto de Mantecón radica precisamente en una superposición de ritmos expuestos en una dimensió cualitativamente espacial. Se trata de una representación en abstracto del espacio físico, cuya autolimitación radica, precisamente, en los límites del soporte.

El resultado consiste en la creación de un nuevo espacio en el que manda un elemento sobre todos los demás: la luz. Son transacciones luminosas percibidas por el simple proceso óptico. Es así como Mantecón consigue estructurar el espacio plástico, consiguiendo en apoyo de esa luz fundamental, un estetizante secreto poético.

[…] Sus aspiraciones creadoras siguen manifestándose dentro del marco de un arte “total” en el que la pintura sobre lienzo no deja de ser una faceta más dentro del mundo del diseño, si bien de resultados más concentrados. Se hereda de este mundo un concepto antidinámico, no existen tensiones violentas y los resultados son una comunión del elemento intelectualizado y el sensible. Es un arte refinado que surge dentro de un sintetismo espacial que le lleva pausadamente a una acentuació del código semántico que progresivamente se torna más intelectualizado. Viene a ser como la expresión intelectual de leyes físicas redescubiertas.

[…] La esencialidad de su manera de hacer radica en la austeridad formal que acoge en su seno infinidad de posibilidades expresivas que Mantecón extrae con singular maestría ya sensibilidad.

JAVIER TRAVIESO - (La Voz de Galicia. 10 de Outubro de 1984)





FRANCISCO MANTECÓN

Arteguía. Abril 1987
[…] Las superficies de Mantecón han jugado siempre con el gesto de la previsión, sujetas al amor por el estilo y la estructura de estricto planteamiento contemporáneo, con la “limitación” de una determinada estética que, mediante el talento y la autovigilancia, ha tornado fecunda complejidad artística. Los grafitos, los lápices, el agua, la tinta y, ahora, con mayor presencia, la acuarela; la valoración y necesidad de expresión íntima mediante los dos colores reyes, el blanco y el negro, con su gozosa parentela de grises, y las gamas generalmente dulces de todos los demás, han ido entregando a este pintor, con aparente tranquila disputa, sus secretos y posibilidades –tan complejas como sencillas-, de creación estética.

Su dominio, su habilísimo uso como vehículo de sensación plástica, ha dado lugar durante años al logro de la maestría compositiva de este pintor gallego que ha contado y cuenta con escasísimos compañeros de viaje en la plástica gallega actual, dentro de la opció estilística que ha venido rotulando su obra. Quiero pensar que esa singularidad, por su parte, y una determinada falta de costumbre o información en el “normal” ambiente de los contempladores de la obra pictórica de estos pagos, es lo que hace que, todavía, sea para algunos “seco y difícil”, un pintor que por complejo no es complicado y por riguroso no es estéril.

M.C.P. - (Arteguía [Revista mensual de arte]. Abril.1987)






LA PINTURA DE MANTECÓN:“Donde la luz dicroica de baña”

El ideal Gallego. 3 de maio de 1987
[…] Las elucubraciones filosóficas y las investigaciones artísticas de Mantecón, realizadas con una gran economía de medios, fruto de eliminar del cuadro todo aquello que no sea esencial, provocan en el espectador una serie de sensaciones de carácter espiritual que me atrevería a afirmar que se aproximan a un cierto misticismo, que el autor relaciona con su afició por el Zen y la filosofía oriental.

[…] lo que asombra en los cuadros de su producción más reciente es la sabiduría con la que dispone y ordena los elementos plásticos para expresar de manera armóica aquellas sensaciones de tipo espiritual.
Emana de sus pinturas una “música callada” fruto de esa hábil manera de combinar los elementos geométricos con la delicadeza en el tratamiento del color. Porque Mantecón sabe que el gran riesgo de la pintura que él realiza es el de caer en un geometrismo (cartesianismo) rígido y frío. De ahí la presencia del color (lírico, festivo ahora) como elemento que sirve para romper con la geometría, para introducir un elemento poético o lúdico en su pintura. Con el color y la ruptura del plano consigue proyectar ese mundo íntimo, sugeridor, expresado en un lenguaje específico, propio, inequívocamente personal. Su estilo depurado y aparentemente sencillo resume un concepto renacentista de la pintura, basado en el arte como reflexión y como objeto mental.

El poeta Manuel Vilanova ha escrito sobre la pintura del artista vigués que “en su pincel, la luz restaña”. A mí se me ocurre añadir que realmente en los cuadros de Mantecón, la luz renace para traer al mundo la rara armonía del orden, el equilibrio y la serenidad.

JOAQUÍN LENS - (El Ideal Gallego. 3 de maio de1987)






ORDEN, MEDIDA, SISTEMA

La Voz de Galicia. 28 de novembro de 1993
[…] Ofrece –Francisco Mantecón- una exposición de sus últimos trabajos, dentro de ese lenguaje que ha determinado muy claramente su personalidad desde hace ya varios años: una abstracción fundada en una estructuración geométrica y en un uso restringido del color, en el que la obra se somete a unas claras reglas de composición, a una ordenación sistemática y reduccionista de los elementos visuales.

Lenguaje geométrico, pintura de planteamiento formal, matemático, de superficies planas organizadas cromáticamente en base a tonalidades más próximas y paralelas que discordantes. Obras en las que no subyace la mimesis, la identidad plena con la anterior, aunque sólo se diferencien entre sí por pequeñas mutaciones de color y forma, variaciones, posibilidades, superficialmente accidentales, porque todas y cada una de ellas forman parte de ese “pictórico global” en el que Ramiro Fonte veía una característica consustancial a cada uno de sus cuadros.

Pese a ello, cada cuadro posee una estructura objetual, una coherencia intrínseca que lo convierte en un universo autóomo con respecto a la realidad exterior, a cualquier apoyatura referencial o emocional. Sin embargo en este hermetismo, en este reduccionismo que implicaba su trabajo en un planteamiento cercano al silencio, es precisamente donde su última obra parece responder a un cierto cambio, remontando aquel ascetismo reduccionista con menores concesiones pictoricistas de hace algún tiempo, para ofrecernos una obra con mayor carga sentimental e incluso más dramática, con un color más barroco, más lúdico visualmente. En este último trabajo la obra de Mantecón parece pivotar en una mayor concesión al apasionamiento, con un mayor juego visual, un menor hermetismo dentro de este planteamiento global formal, matemático, que subyace en su mundo.Un cosmos que no puede deslindarse de esa idea de Leonardo de que la pintura es ante todo “una cuestión mental” y sobre todo de esa frase de Braque con la qque tanto se identifica “Yo amo la regla que corrige la emoción”


ROSARIO SARMIENTO - (La Voz de Galicia, 28de novembro de 1993)